En Genvce 2017 los técnicos de Anove, Javier Alvarez y Luis Fuentes, presentaron al principio del recorrido a los agricultores presentes una estación sobre la evolución de las variedades de trigo blando y su aportación a la agricultura moderna.
En la estación se mostraron algunas de las variedades de esta especie más representativas en la agricultura local. Se comenzaba con las variedades cultivadas en España en los años 60, siguiendo una evolución temporal con las variedades que se fueron sucediendo en las siguientes décadas y finalizando con algunas de las últimas variedades registradas más recientemente.
El objeto del ensayo fue mostrar al agricultor el avance de la mejora vegetal en los cereales y la contribución del esfuerzo del obtentor en el desarrollo de nuevas variedades; qué ha aportado, qué aporta en la actualidad y qué aportará a la futura agricultura.
Los resultados eran muy gráficos : las variedades antiguas, las que se cultivaban por nuestros ancestros hace ya 50 años, aportaban rendimientos muy inferiores que las actuales variedades. Como ejemplos más relevantes, estas variedades antiguas, de tallas mucho más elevadas que las variedades actuales, presentan gran sensibilidad a accidentes como el encamado y desgranado, elementos que causaban grandes pérdidas económicas al agricultor. Las variedades que se fueron creando en las siguientes décadas, allá en los años 70,80,90 habían logrado resistencias a estos accidentes, por lo que los rendimientos en el campo fueron incrementándose, favoreciéndose de esta manera la mayor rentabilidad de la actividad agraria. Igualmente, otro aspecto destacable y muy visible en la evolución, es el porcentaje de ahijado del cereal, habiéndose logrado con la incorporación de nuevas variedades un mayor número de plantas por metro cuadro a menores dosis de siembra.
De la misma manera, la Industria Obtentora ha ido incorporando nuevas variedades con resistencias a las enfermedades que más mermas producen a los cereales, como son las royas, septorias, etc , enfermedades fúngicas muy costosas de combatir mediante tratamientos químicos y cuya mejor herramienta posible es la prevención mediante el uso de semilla certificada y variedades resistentes. Como cualquier ser vivo, estas enfermedades mutan para su supervivencia, y es este es uno de los pilares principales del trabajo que actualmente realizan los mejoradores, investigando para desarrollar nuevas variedades que aporten una mayor rentabilidad al agricultor y de esta manera, a su economía.
Para mostrar el trabajo de los Obtentores, se explicaron igualmente estudios realizados por el instituto francés Arvalis, que muestran el incremento en los rendimientos que aporta cada nueva variedad frente a las anteriores, con lo que se demuestra la importancia que tiene le mejora genética para la agricultura y el resultado del esfuerzo y la inversión que viene haciendo la Industria Obtentora. Concretamente el aumento de los rendimientos se estiman en un 1% anual, porcentaje acumulado, por lo que se viene a lograr un incremento de un 10% cada 10 años.
Estos estudios anteriormente referenciados, muestran también como estas nuevas variedades optimizan mejor los recursos necesarios para el cultivo, como es la eficiencia en la absorción del nitrógeno, aspecto que contribuye a una mayor sostenibilidad de la agricultura con el medio ambiente y un ahorro económico para el agricultor.