Una vía para obtener mayor producción con unos costes limitados

Una de las cuestiones que han logrado poner de acuerdo a técnicos y agricultores es que confiar en la semilla certificada se traduce en una mayor producción, acompañada por una reducción en los costes de explotación. Una opción más eficiente que, además, es más amable con la naturaleza.

Basta con tomar papel y lápiz para constatar las ventajas de esta semilla: la dosis de siembra necesaria es de 200 kilos por hectárea en el caso de la certificada, frente a los 240 kilos del grano acondicionado.

De este modo, se puede considerar que el agricultor debe pagar 70 euros por hectárea por la semilla, frente a los 55 euros del grano propio reempleado. Solo que en este segundo caso se deben añadir a esa cantidad siete euros por hectárea en calidad de selección del grano, más otros dos euros por el tratamiento fungicida. Además de otros dos para el almacenamiento y transporte: 66 euros por hectárea, solo cuatro por debajo de lo que supone la semilla certificada.

Junto al mero análisis de costes, cabe recordar que la certificada permite obtener mayores rendimientos por hectárea, al mismo tiempo que un mayor peso específico.

Entre las ventajas también se puede destacar que con la certificada se reduce la presencia de malas hierbas, puesto que al adquirirla se evita la presencia de otras especies vegetales. Como consecuencia, mayores rendimientos por hectárea y una reducción del coste en tratamientos contra las malas hierbas.

Lo mismo cabe decir respecto a las plagas y enfermedades, puesto que la certificada lleva incorporadas materias activas fitosanitarias que permiten a la futura planta resistir mejor la presencia de plagas y enfermedades.

 

Emilio Betrán: “El proceso de certificación es uno de los procesos agroindustriales más controlados del mercado”.

Emilio Betrán es Director del Centro de Sanidad y Certificación vegetal del Gobierno de Aragón y hemos querido hablar con él para continuar nuestra serie de charlas con voces autorizadas que pongan en valor la semilla certificada.

Betrán considera “la utilización de semilla certificada como la mejor forma de introducir innovación y tecnología en una explotación agraria, ya que apostar por una semilla certificada va a posicionar y diferenciar nuestro producto en la industria de transformación que es el objetivo final del agricultor”.

Hablando de trazabilidad con el Director del Centro de Sanidad y Certificación vegetal del Gobierno de Aragón, él vuelve en insistir en que conocer el origen (la semilla) del producto y tener acotados los diferentes pasos de la producción va a convertir nuestro producto final en un elemento perfectamente diferenciado para sus comercialización.

Para el fomento del uso de semilla certificada, Betrán apuesta por la promoción y transmisión de las garantías que ofrecen las empresas y los órganos de certificación para la producción de ésta.

Para acabar, tocamos el tema de la certificación. Él, como responsable de la certificación de semillas del Gobierno de Aragón, nos da las pistas sobre el minucioso proceso que garantiza la certificación de una variedad de semilla:

“Primero hay un control por parte de las empresas que realizan sus pruebas en laboratorio y su inspecciones en campo. Posteriormente, en la Administración, hacemos controles a nivel administrativo, inspecciones en campo y postcontroles. El proceso a nivel administrativo se cierra con una siembra de los lotes que se han certificado para controlar la sanidad y que no haya mezclas varietales.  Todo queda refrendado por los organismos oficiales de control que sellan con la marca de la comunidad autónoma ese producto.

Como conclusión, Betrán destaca que “el proceso de certificación es uno de los procesos agroindustriales más controlados del mercado”.

Aquí tenéis el vídeo completo:

 

 

Semilla certificada: Control máximo, calidad máxima

Hoy vamos a hablar de los distintos controles a los que está sujeta la semilla certificada, que es la única amparada por los diferentes reglamentos tanto a nivel nacional como europeo. Éstos garantizan fehacientemente los distintos factores que la hacen única: el origen, la trazabilidad, la pureza específica, la pureza varietal o el potencial germinativo.

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Los distintos reglamentos que regulan la producción de semilla certificada son los siguientes:  para su comercio interior en Europa está establecido el Sistema de Certificación (UE) al que están adscritos todos los Estados Miembros. En España, las competencias sobre el control y certificación es responsabilidad de las Comunidades Autónomas. Por  último, el comercio con terceros países se desarrolla mediante el sistema de certificación (OCDE), cuya competencia en el control y certificación en España pertenece a la Oficina Española de Variedades Vegetales que depende del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

Finalmente el sistema de certificación se autoevalúa en los ensayos de postcontrol, ya en campo, a través de verificaciones de sanidad y pureza varietal del material certificado.

El control es máximo y garantiza la calidad, el proceso de producción de Semilla certificada recibe controles administrativos, controles de las exigencias del cultivo en campo y controles de las exigencias en laboratorio de la semilla que finalmente se comercializa en sacos.

En el siguiente enlace se pueden comprobar estadísticas de producción de Semilla certificada en España.

¡Gracias!