Amadeo Jiménez siembra todos los años 50 hectáreas de cereal de regadío en su explotación de El Carpio, en el suroeste de la provincia de Valladolid. Su planteamiento agronómico incluye la rotación con patata y remolacha, aunque la explotación (de 95 hectáreas en total) abarca otros cultivos, como el guisante.
En el caso del trigo y la cebada su estrategia pasa por obtener los mayores rendimientos posibles, por lo que siempre dedica a estos cultivos los mejores suelos, “donde los vas a poder atender mejor y vas a tener agua disponible”.
Por esa misma razón no se plantea otra posibilidad que la de comprar semilla certificada. Compra R2, que siembra para obtener altas producciones y para obtener su propia semilla.
“La semilla certificada es la mejor opción para el cereal de regadío”, señala, “tanto por los rendimientos como por la sanidad vegetal”. De hecho, lleva más de 20 años dedicado a la agricultura y en este tiempo ha notado “claramente” la mejora experimentada por las variedades.
No solo en las producciones, que han mejorado de forma evidente, sino en relación con la sanidad vegetal, “puesto que la semilla cuenta cada vez con una genética más preparada para hacer frente a las enfermedades”, remacha.