La cooperativa agrícola Cocetra, con sede en el sur de Valladolid, nació en 1998 para que los agricultores que impulsaron el proyecto pudieran hacer más rentables sus explotaciones agrícolas. La principal actividad fue realizar en conjunto la compra de todos los productos necesarios para llevar a cabo la actividad, así como la venta de sus producciones. La semilla es uno de estos bienes, que resulta crucial a la hora de hacer cuentas. “La semilla certificada permite que no haya mezcolanza de variedades. Y la germinación es igual y al unísono”, puntualiza el presidente de Cocetra, Armando Caballero.
Caballero enfatiza que, por ejemplo, en los trigos harineros se pone de manifiesto la calidad de la certificada porque reporta la homogeneidad en los parámetros que exige quien los transforma para la alimentación.
Respecto a la normativa que regula el empleo de la semilla, el dirigente de Cocetra comprende que las casas de semilla procuren hacer rentables sus inversiones para investigar y que la legislación lo ampare. “Repercute en beneficio de todos”, argumenta.
Asimismo, valora que entidades destacadas como Anove- Geslive, Asaja, Cooperativas Agro-alimentarias, Asaja y UPA haya suscrito el nuevo convenio sobre acondicionamiento de granos para la siembra. “Apoyamos la unidad para que haya más variedades nuevas, que sean más productivas en el campo y que se adapten mejor al terreno”, respalda.
En Cocetra le facilitan al agricultor la declaración del grano que acondiciona para la sementera propia y, además, se lo cobran directamente. “El productor tiene de esta manera más fácil el pago del canon y evita posteriores líos”, explica Caballero.