El convenio sobre acondicionamiento de granos para la siembra ratificado por Geslive, Asaja, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de España incidirá en mejorar la calidad de la semilla, aumentará el uso de semilla certificada e incrementará la investigación para obtener variedades adecuadas a las necesidades específicas de las diferentes regiones españolas. También contribuirá así el acuerdo a mejorar la sostenibilidad de cultivos y a mantener la competitividad de las explotaciones.
Firmado en julio, el convenio busca normalizar la relación entre quienes investigan para obtener nuevas y mejores variedades y aquellos que las emplean. Los representantes de los agricultores firmantes entienden la necesidad de pagar derechos de propiedad intelectual a las empresas obtentoras que investigan para desarrollar nuevas variedades y producir semilla certificada. Es precisamente la semilla certificada la única que garantiza la trazabilidad.
La innovación es cada día más necesaria para afrontar adversidades como la sequía de esta última campaña, las enfermedades vegetales, la mala nascencia o producciones que ponen en jaque la rentabilidad de la explotación. Por estos y otros motivos, es imprescindible contar con semillas que permitan una agricultura mejor y más competitiva.
El procedimiento para que el obtentor de semillas perciba los derechos de propiedad intelectual es ahora más sencillo y diáfano para el agricultor.La mitad del canon que el productor paga por la semilla se dedica a actividades de formación e información dirigidas a los agricultores y al impulso de la investigación a nivel local.
Esta protección de las variedades que la normativa establece tienen una vigencia de 20 años para los cereales. Una vez pasado ese tiempo, las variedades pierden la protección y pasan a ser de uso libre.