“El agricultor británico está obligado a compartir la información sobre el grano que reemplea”

Penny Maplestone, chief executive en la asociación británica de obtentores BSPB, fue la encargada de mostrar cómo funciona en el Reino Unido el sistema de cobro de un canon por reempleo de grano.

El sistema británico para el cobro de una remuneración sobre el grano reempleado (en inglés, Farm Saved Seed, FSS) comenzó en 1996 y fue reajustado en 1999 y en 2007.

Se basa en un acuerdo nacional entre las entidades que representan a los obtentores y las organizaciones agrarias, dentro de un esquema en el que también participan los centros de selección que tratan el grano reempleado.

La asociación BSPB (iniciales de la British Society of Plant Breeders, Asociación Británica de Obtentores de Plantas) administra el sistema y cobra la remuneración por grano reempleado en nombre de los obtentores, a los que después asigna los fondos correspondientes para financiar su labor investigadora.

Los cultivos que funcionan bajo este sistema son trigo, cebada, avena, guisantes, judías, colza, triticale, linaza y altramuces.

El agricultor cuenta con dos vías para realizar el pago:

  1. A través del centro de selección de grano reempleado. La asociación BSPB cuenta con un acuerdo voluntario con la mayor parte de los centros de selección de semillas para el cobro de ese canon.

La remuneración se recauda sobre el número de toneladas de grano procesadas.  BSPB recauda ese dinero dos veces al año: en junio y en diciembre. De hecho, un 75% de la remuneración por grano reempleado que BSPB obtiene llega a través de los centros de selección.

2. La otra vía es el pago directo a la asociación BSPB. Si el agricultor opta por esta fórmula, deberá pagar no por volumen, sino en función de la tarifa establecida por hectárea para cada cultivo. Emitirá una declaración de las variedades sembradas y del número de hectáreas y BSPB le facturará en función de esos datos.

La asociación BSPB ha puesto en marcha una campaña de comunicación reclamando ‘juego limpio’ (fair play) en relación con el reempleo de grano.

Se ha desarrollado de forma conjunta con las asociaciones agrarias y persigue que todos los agricultores conozcan su obligación de colaborar en relación con el grano reempleado, por qué el canon es vital para los obtentores y cómo ello beneficia a las propias explotaciones agrarias. La página web de la campaña es www.fairplay.org.uk.

 

Una vía para obtener mayor producción con unos costes limitados

Una de las cuestiones que han logrado poner de acuerdo a técnicos y agricultores es que confiar en la semilla certificada se traduce en una mayor producción, acompañada por una reducción en los costes de explotación. Una opción más eficiente que, además, es más amable con la naturaleza.

Basta con tomar papel y lápiz para constatar las ventajas de esta semilla: la dosis de siembra necesaria es de 200 kilos por hectárea en el caso de la certificada, frente a los 240 kilos del grano acondicionado.

De este modo, se puede considerar que el agricultor debe pagar 70 euros por hectárea por la semilla, frente a los 55 euros del grano propio reempleado. Solo que en este segundo caso se deben añadir a esa cantidad siete euros por hectárea en calidad de selección del grano, más otros dos euros por el tratamiento fungicida. Además de otros dos para el almacenamiento y transporte: 66 euros por hectárea, solo cuatro por debajo de lo que supone la semilla certificada.

Junto al mero análisis de costes, cabe recordar que la certificada permite obtener mayores rendimientos por hectárea, al mismo tiempo que un mayor peso específico.

Entre las ventajas también se puede destacar que con la certificada se reduce la presencia de malas hierbas, puesto que al adquirirla se evita la presencia de otras especies vegetales. Como consecuencia, mayores rendimientos por hectárea y una reducción del coste en tratamientos contra las malas hierbas.

Lo mismo cabe decir respecto a las plagas y enfermedades, puesto que la certificada lleva incorporadas materias activas fitosanitarias que permiten a la futura planta resistir mejor la presencia de plagas y enfermedades.

 

“La R2 es la mejor opción para el agricultor y otros países lo han visto antes que nosotros”

Urbano Blanco es uno de los impulsores del Centro de Alto Rendimiento de Selección de Semilla que la cooperativa Agropal ha puesto en funcionamiento en Magaz de Pisuerga (Palencia). Suya es la frase de que la próxima revolución en secano vendrá por la semilla.

-¿Cómo ha sido el primer año de vida de su centro de selección?

-El centro selecciona semilla certificada R1 y R2, tanto de Agropal como de las empresas que contraten este servicio. En realidad lo vemos como una oportunidad para cooperativas que no desean realizar una inversión igual de importante que la que hemos hecho nosotros. Dicho esto, el centro ha funcionado por debajo de su capacidad por dos razones muy claras: porque se trataba del primer año de unas instalaciones de nuevo cuño y porque la falta de agua ha hecho que el conjunto de la agricultura estuviera muy limitado.

-¿Y cuál va a ser la evolución del centro a partir de ahora?

-El año que viene el objetivo es alcanzar los 10 millones de kilos en el centro de Magaz, con un objetivo a medio plazo que consiste en concentrar toda la actividad de la cooperativa en el centro y desde allí distribuir a los agricultores desde los diferentes centros de distribución. Cada uno de ellos cuenta con dos silos herméticos. También por medio de camiones a los clientes más fuertes.

-Cuando habla de toda la actividad…

-La cooperativa trata unos 25 millones de kilos al año.

-¿Y cuál es su objetivo?

-Nuestro objetivo es ser tan competitivos que el agricultor se convenza de que no le resulta rentable reutilizar su grano: que use R2 de Agropal todos los años. En todo caso, por el momento Agropal vende esa semilla certificada y presta el servicio de acondicionamiento de grano. Nuestra estrategia no pasa por cerrar esa vía; se trata más bien de convencerle de nuestra propuesta. Se trata de una carrera de medio fondo en la que aspiramos a imponer el modelo que ya triunfa en la Unión Europea, en Navarra, Aragón o Cataluña.

-¿Por qué?

-Porque en esos territorios se ha demostrado que cuando se trata bien al agricultor y se le vende R2 se incrementa el uso de ese tipo de semilla. En Francia, por ejemplo, el uso de certificada está en el 85% y en países como Alemania y el Reino Unido ese porcentaje es similar.

-Pero defiéndame esa apuesta desde un punto de vista agronómico.

-Está demostrado que el escalón más productivo es el R2. A partir de R3 la genética decae mucho, sobre todo en relación con los rendimientos. La semilla R2 es mucho más productiva haciendo exactamente lo mismo. Tanto como la R1, solo que esta le resulta mucho más cara al agricultor. Esta última solo es recomendable para quien desee hacer su propia R2.

-Entonces, ¿la semilla certificada compensa económicamente?

-La R2 es la mejor opción para el agricultor y otros países de la UE lo han visto antes que nosotros. Entre otras razones, como la sanitaria, porque en el caso de la R2 existe una capacidad de germinación de casi el 100% de los granos, de modo que si dispones de una sembradora bien equilibrada puedes rebajar de forma considerable tu dosis de siembra.

-Eso choca bastante con ciertas costumbres…

-Por supuesto. Contrasta claramente con la tradición del agricultor español, que siembra muchos kilos por hectárea porque cuenta con poca capacidad de germinación. Hay experiencias de sembrar 125 kilos de R2 por hectárea y obtener mayor rendimiento que con 220 kilos de grano de baja calidad.

-Tanto al comprar la semilla como al pagar el canon por reempleo de grano estamos contribuyendo a la investigación de variedades.

-Porque es fundamental. Llevamos cerca de quince años obteniendo variedades más productivas para una meteorología normal, algo árida. En Castilla y León la principal amenaza es que se adelanten las altas temperaturas al mes de mayo, lo que puede reducir la cosecha en un 50%. Es ahí donde la investigación está avanzando mucho. Siempre digo que la revolución que viene, en secano, llegará por la semilla: debemos estar preparados con semillas aptas para climas poco benignos.

 

“La semilla certificada es la mejor opción para cereal de regadío”

Amadeo Jiménez siembra todos los años 50 hectáreas de cereal de regadío en su explotación de El Carpio, en el suroeste de la provincia de Valladolid. Su planteamiento agronómico incluye la rotación con patata y remolacha, aunque la explotación (de 95 hectáreas en total) abarca otros cultivos, como el guisante.

En el caso del trigo y la cebada su estrategia pasa por obtener los mayores rendimientos posibles, por lo que siempre dedica a estos cultivos los mejores suelos, “donde los vas a poder atender mejor y vas a tener agua disponible”.

Por esa misma razón no se plantea otra posibilidad que la de comprar semilla certificada. Compra R2, que siembra para obtener altas producciones y para obtener su propia semilla.

“La semilla certificada es la mejor opción para el cereal de regadío”, señala, “tanto por los rendimientos como por la sanidad vegetal”. De hecho, lleva más de 20 años dedicado a la agricultura y en este tiempo ha notado “claramente” la mejora experimentada por las variedades.

No solo en las producciones, que han mejorado de forma evidente, sino en relación con la sanidad vegetal, “puesto que la semilla cuenta cada vez con una genética más preparada para hacer frente a las enfermedades”, remacha.

 

El coste de emplear semilla certificada apenas supone cuatro euros más por hectárea

El agricultor que siembre semilla certificada apenas pagará cuatro euros más por hectárea que si se inclina por acondicionar su propio grano.

La clave de que exista esa mínima diferencia reside en la dosis de siembra necesaria, que se sitúa en 200 kilos por hectárea en el caso de la semilla certificada, frente a los 240 kilos del grano acondicionado.

Teniendo en cuenta ese dato, se puede considerar que el agricultor deberá pagar 70 euros por hectárea por la semilla certificada, frente a los 55 euros del grano acondicionado.

En este segundo caso, a esa cantidad se le deben añadir siete euros por hectárea en calidad de selección del grano, más otros dos euros por el tratamiento fungicida.

Un último gasto para el grano acondicionado sería de dos euros por hectárea para el almacenamiento y transporte, con lo que la cantidad total de gasto es de 66 euros por hectárea, solo cuatro por debajo de lo que supone la semilla certificada.

 

Ocho cosas que no puedes olvidar de la semilla certificada

  1. ¿Qué es? Es la que se obtiene después de un proceso legalizado de producción y multiplicación de semilla y está sujeto a un doble control, el de la empresa productora y el del organismo autonómico competente en cada comunidad autónoma. Este doble control garantiza la mayor calidad de este insumo tan relevante. La Administración certifica que la semilla cumple con los requisitos de calidad que recoge la normativa, quedando identificada esta semilla con la presencia de una etiqueta oficial. Por este motivo se denomina semilla ‘certificada’.
  2. Garantiza una mayor producción. Emplear semilla certificada permite obtener mayores rendimientos por hectárea, al mismo tiempo que un mayor peso específico.
  3. Exige una menor dosis de siembra. La alta calidad de esta semilla garantiza la germinación; las semillas están seleccionadas y tratadas para garantizar una buena implantación del cultivo.
  4. Reduce la presencia de malas hierbas. Al adquirir semilla certificada se evita la presencia de otras especies vegetales. La consiguiente reducción de malas hierbas se traduce en unos mayores rendimientos por hectárea y una reducción del coste en tratamientos para el control de malas hierbas.
  5. Mayor resistencia a plagas y enfermedades. La semilla certificada lleva incorporada las materias activas fitosanitarias más eficaces y eficientes, en las dosis adecuadas, fruto de un intenso proceso de investigación e innovación. Sus cualidades permiten que la futura planta resista mejor la presencia de plagas y enfermedades, lo que beneficia la cantidad y calidad de nuestra cosecha.
  6. Trazabilidad y pureza varietal aseguradas. La semilla certificada permite responder mejor a las demandas de una industria cada día más exigente.
  7. Posibilita la inversión en investigación. Al adquirir semilla certificada estamos contribuyendo a financiar la investigación de nuevas variedades. También cuando satisfacemos el pago de la contribución por reempleo de grano propio para siembra.
  8. Mejora el medio ambiente. Emplear semilla certificada mejora el medio ambiente ya que los cultivos requerirán menos tratamientos frente a problemas sanitarios. También gracias a poder disponer de variedades adaptadas a cada zona como consecuencia de apoyar la mejora e innovación varietal.

El ingeniero agrónomo: ese profesional que trabaja para hacernos la vida mejor

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, la agronomía es el conjunto de conocimientos aplicables al cultivo de la tierra, derivados de ciencias exactas, físicas y económicas. Es obvio, por tanto, que el ingeniero agrónomo es uno de los pilares fundamentales en las que se  basa el desarrollo de la agricultura y, por ende, la alimentación presente y futura del ser humano. El ingeniero agrónomo es esencial para garantizar la seguridad alimentaria, para producir alimentos asequibles, sanos y respetuosos con el medio ambiente y obligados a cumplir con una legislación cuyo origen suele estar en directrices europeas. Son también los grandes adalides, trabajando desde la obtención, codo con codo con el agricultor, de una semilla de más calidad, más sostenible, con un mayor rendimiento y una mejor producción.

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Pero no sólo toca la industria agroalimentaria, el agrónomo también es un profesional imprescindible en proyectos para el desarrollo de, por ejemplo, energías renovables o relacionados con el medio ambiente.

En este aclarador vídeo de la Universidad Pública de Navarra, que transmite vocación y entusiasmo por su trabajo,  se recogen testimonios de estudiantes y profesionales de ingeniería agronómica y ayuda a comprender la infinidad de proyectos y salidas profesionales que abarca esta carrera.

¡Buena semana para todos!

El trigo y el hombre: una relación de éxito

Volvamos al principio. La historia del hombre ha estado siempre ligada a la agricultura y a la domesticación de las plantas cuyo gran paradigma es el trigo.

En el nomadismo del hombre había siempre una intención: mantenerse cerca del alimento; donde éste iba había que seguirlo. Si la manada avanzaba, era necesario ir tras ella; si el invierno venía y desaparecían partes vegetales comestibles, había que ir a zonas más cálidas o protegidas donde aún existieran. Los pequeños grupos de seres humanos llevaban una vida nómada, cuya ruta dependía del alimento. Sin embargo, hace cosa de 10.000 años se comienza a domesticar algunas plantas y animales. Este hecho, que nos parece hoy en día como algo que siempre hubiera existido junto al hombre, fue una de las más grandes conquistas que tuvo sobre la naturaleza, la cual le permitió, por un lado, un gran desarrollo cultural.

Un ejemplo importante es el caso del trigo. Este cereal, base del pan de una gran parte de la humanidad, es una planta que pertenece a la familia de las gramíneas (pastos) y es pariente cercano del maíz, del arroz o de la cebada. Es una de las familias de plantas más ampliamente distribuidas en el mundo. A los pastos cultivados generalmente se les llama cereales y el nombre proviene de Ceres, la diosa romana de las cosechas.

Este estupendo documental de TVE nos explica de forma didáctica este proceso:

http://rtve.es/v/851651

En el contexto actual de superficie cultivable limitada, el uso de una semilla de calidad que asegure rendimiento parece una premisa obligatoria para que el agricultor saque partido de su explotación. Como siempre desde semilla certificada tratamos de poner en valor los conceptos de calidad y rendimiento.

¡Esperamos os haya gustado!

El Multiplicador: el gran embajador de la semilla certificada

Lo hemos dicho muchas veces: el multiplicador es el gran valedor de la semilla certificada. Como su nombre indica, él multiplica la semilla que el obtentor le entrega y es el gran valedor y el prescriptor de ésta ante el agricultor.

En esta ocasión hemos podido hablar sobre estos asuntos con Enrique Arcéiz, Presidente de la Cooperativa San José de Sádaba, una referencia en el sector cerealista.

Arcéiz incide en los mensajes en los que insistimos en esta campaña: la rentabilidad, el rendimiento y la apuesta de la semilla certificada por el desarrollo de la economía rural. Además el Presidente de la Cooperativa San José incide en la trazabilidad que sólo la semilla certificada ofrece: «El agricultor debe entender que está produciendo un alimento y que la garantía y la seguridad son imprescindibles hoy en día».

También nos dio sus impresiones sobre la jornada para agricultores celebrada en Sádaba para el fomento de la Semilla certificada, en las que la Cooperativa de San José participó activamente como coorganizadora de la misma.

El Multiplicador: el gran embajador de la semilla de la calidad y el rendimiento.

Habla la Administración: Esther Esteban, Subdirectora General de Medios de Producción Agrícolas y Oficina Española de Variedades Vegetales, pone en alza la Semilla certificada

Con Esther Esteban pudimos charlar durante las jornadas de Genvce en Albadalejito. Esther es Subdirectora General de Medios de Producción Agrícolas y Oficina Española de Variedades Vegetales, y por tanto una voz cualificada de la Administración de la que nos interesa especialmente conocer sus puntos de vista sobre la semilla certificada. La Administración juega un rol fundamental, por ejemplo, en aspectos tan cruciales como el registro de la variedad o la certificación de la semilla durante el proceso de producción.

Esther Esteban, en la charla, asegura que «desde la Oficina Española de Variedades Vegetales se pone en valor el uso de semilla certificada ya que ésta representa una garantía para el agricultor». Las razones están claras: «Supone una reducción de riesgos para la cosecha, garantiza la limpieza de ésta en cuanto a lo que enfermedades se refiere y además, es más rentable. Además incorpora la última innovación en cuanto a la creación de variedades».

Esther nos habla también de inversión y rentabilidad: «El mensaje que debe calar en el agricultor  es que esa inversión que realiza en semilla certificada supone una retorno inmediato ya que le permite a éste garantizar su cosecha».

Por último pone en alza Genvce como «un conjunto de profesionales que trabajan durante todo el año en una red de centros a lo largo de toda la geografía nacional donde se investiga y ensayan todas las nuevas variedades que se han registrado en la Oficina Española de Variedades Vegetales y, que permite, en función de los resultados, aconsejar a los agricultores qué variedad se adapta mejor a su zona»

En el próximo capítulo de nuestras charlas sobre semilla certificada seguiremos con el punto de vista de la administración sobre la semilla del rendimiento y las distintas acciones que se están llevando a cabo para el fomento de ésta.

¡Gracias a todos!