El sector respalda el convenio sobre el acondicionamiento de grano y la certificada

Los agricultores son los primeros interesados en utilizar para la siembra la mejor semilla. La búsqueda de la mayor producción, y la consiguiente rentabilidad, pone a la semilla certificada en el primer puesto de salida. La siguiente opción es el acondicionamiento del propio grano, con el abono del pago que establece la ley. Productores, técnicos y responsables de cooperativas, además de otros agentes implicados acreditan que ambas son las mejores opciones. Casi las dos únicas en la práctica.

“Siembro al 100% semilla certificada”, repite varias veces en defensa de su manera de gestionar los campos Félix Asensio del Teso, agricultor en Toro (Zamora). “Cebada, triticale, veza, trigo… todo lo que siembro es certificado”, insiste. “Si compras semilla certificada sí te crees que es pura”, afirma tajante Diego Hernández, que además de la explotación Agrícola Llorente gestiona la seleccionadora Semilla Esgueva en Valladolid. No tiene dudas. Y confía en las cualidades de lo que siembra si tiene la pureza genética acreditada.

Respecto a la diferencia en los costes respecto a utilizar semilla o grano acondicionado, el agricultor de San Llorente (Valladolid) Santiago Bombín señala que  “no es muy importante entre la R2 que compramos y el reempleo de grano”. Una cantidad de dinero “que es muy pequeña, teniendo en cuenta que el gasto importante se realiza en abonar y tratar los cultivos”.

“Está demostrado que el escalón más productivo es el R2. A partir de R3 la genética decae mucho, sobre todo en relación con los rendimientos. La semilla R2 es mucho más productiva haciendo exactamente lo mismo. Tanto como la R1, solo que esta le resulta mucho más cara al agricultor. Esta última solo es recomendable para quien desee hacer su propia R2”, asegura Urbano Blanco, de Agropal.

“Hay que utilizar semilla buena”, razona Tomás Feliz, de Aldeaseca de Arévalo (Ávila). “La nascencia es más homogénea. El fallo que pueda tener es mínimo. Y con menos dosis de siembra nace bien, así que ahorras con la semilla certificada”, concluye.

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Una vía para obtener mayor producción con unos costes limitados

Una de las cuestiones que han logrado poner de acuerdo a técnicos y agricultores es que confiar en la semilla certificada se traduce en una mayor producción, acompañada por una reducción en los costes de explotación. Una opción más eficiente que, además, es más amable con la naturaleza.

Basta con tomar papel y lápiz para constatar las ventajas de esta semilla: la dosis de siembra necesaria es de 200 kilos por hectárea en el caso de la certificada, frente a los 240 kilos del grano acondicionado.

De este modo, se puede considerar que el agricultor debe pagar 70 euros por hectárea por la semilla, frente a los 55 euros del grano propio reempleado. Solo que en este segundo caso se deben añadir a esa cantidad siete euros por hectárea en calidad de selección del grano, más otros dos euros por el tratamiento fungicida. Además de otros dos para el almacenamiento y transporte: 66 euros por hectárea, solo cuatro por debajo de lo que supone la semilla certificada.

Junto al mero análisis de costes, cabe recordar que la certificada permite obtener mayores rendimientos por hectárea, al mismo tiempo que un mayor peso específico.

Entre las ventajas también se puede destacar que con la certificada se reduce la presencia de malas hierbas, puesto que al adquirirla se evita la presencia de otras especies vegetales. Como consecuencia, mayores rendimientos por hectárea y una reducción del coste en tratamientos contra las malas hierbas.

Lo mismo cabe decir respecto a las plagas y enfermedades, puesto que la certificada lleva incorporadas materias activas fitosanitarias que permiten a la futura planta resistir mejor la presencia de plagas y enfermedades.

 

Acondicionar el grano, una opción que también sale rentable

La normativa comunitaria y española dedica especial atención a  la denominada ‘exención agrícola’, que permite a los agricultores el reempleo de grano de variedades protegidas para la siembra en la propia explotación.

Esta exención es del todo lícita siempre que se efectúe a título individual, y siempre que proceda de un origen legal: de una anterior compra de semilla certificada por el propio agricultor.

El Convenio Marco sobre Reempleo de Grano para Siembra suscrito en junio de 2017 fija un baremo unificado de remuneración por esta reutilización de grano.

De esta manera, se simplifica el pago de estas retribuciones por parte del agricultor, que son de 12 euros por tonelada de grano acondicionado cuando el agricultor use los servicios de un acondicionador.

Al mismo tiempo, se establecen diferentes cantidades en función de los rendimientos medios de la comarca, cuando el agricultor recurra a una organización agraria u otra entidad gestora de la PAC que haya suscrito un convenio de colaboración con Geslive.

Una excepción a este régimen está en la figura del pequeño agricultor, que está exento de la contribución económica por reempleo.

Para delimitar qué agricultor puede ser considerado ‘pequeño agricultor’ el convenio fija una superficie máxima de tierra arable, determinada en función de los rendimientos medios comarcales en que se ubique la explotación.

De este modo, se establecen cuatro tipos de explotaciones o zonas:

Zona A
Secano de rendimientos medios comarcales menores o igual a 2.200 kilos por hectárea: 60 hectáreas de tierra arable declaradas en la PAC.

Zona B
Secano de rendimientos medios comarcales entre 2.200 y 3.200 kilos por hectárea: 40 hectáreas de tierra arable declaradas en la PAC.

Zona C
Secano de rendimientos medios comarcales de 3.200 kilos o más por hectárea: 20 hectáreas de tierra arable declaradas en la PAC.

Zona D
Regadío: 10 hectáreas de tierra arable declaradas en la PAC.

En el caso de que la explotación de un agricultor se halle situada en comarcas con diferentes rendimientos medios, se aplica un índice de ponderación, que es de valor 1 en la superficie A, de 1,5 en la superficie B, de 3 en la superficie C y de 6 en la superficie D.

El Convenio Marco establece que corresponderá al agricultor la obligación de demostrar, bien mediante la solicitud de la PAC o de cualquier otro documento que así lo acredite, el cumplimiento de los requisitos establecidos para su consideración como ‘pequeño agricultor’ a estos efectos.

El pago por reemplear grano, más fácil y simple

Con el último Convenio Marco sobre Reempleo de granos para siembra suscrito con fecha 10 de julio de 2017, entre Geslive y las organizaciones agrarias Asaja, UPA y Cooperativas Agroalimentarias de España, se ha fijado un baremo unificado de remuneración por el reempleo de grano para siembra de las distintas variedades vegetales protegidas de especies de cereales, leguminosas y proteaginosas. De esta manera, se simplifica y facilita el pago de estas retribuciones por parte del agricultor, cumpliendo de una manera sencilla con lo establecido en la distinta reglamentación en vigor, europea y española, en relación a la “exención agrícola”.

Dicho nivel unificado de remuneración por el uso de la exención agrícola que deberán satisfacer los agricultores que reempleen grano para siembra de las especies de cereales, leguminosas y proteaginosas, queda establecido de la siguiente manera:

A. La cantidad de 12 euros por tonelada de grano acondicionado para siembra de cualquiera de las variedades protegidas, cuando el agricultor use los servicios de un acondicionador.

B. Las cantidades siguientes, establecidas, en función de los rendimientos medios de la comarca, en euros por hectárea de superficie sembrada en tales explotaciones con grano de las variedades protegidas, cuando el agricultor use una organización agraria u otra organización gestora de la PAC bajo contrato de colaboración con Geslive.

Zonas Rendimiento medio (Kg./Ha)

Comarcas *

Remuneración

€/ha sembrada

A Secano: Menor o igual a 2.200 1
B Secano: Entre 2.220 y 3.200 2
C Secano: Mayor o igual a 3.200 3
D Regadío 3
*Plan de Regionalización Productiva del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, publicado en el Real Decreto 1470/2007.

 

Este Convenio Marco también establece la información necesaria para que el agricultor pueda acogerse a la excepción del pequeño agricultor. Para delimitar qué agricultor puede ser considerado como “pequeño agricultor” a los efectos de este Convenio Marco, y por ello exento del pago de la remuneración aplicable por reempleo de grano, el Convenio fija una superficie máxima (hectáreas) de tierra arable, determinada en función de los rendimientos medios comarcales en que se ubique la explotación, que no se debe exceder. Para esta consideración corresponderá al agricultor la obligación de demostrar, bien mediante la solicitud de la PAC o de cualquier otro documento que así lo acredite, el cumplimiento de los requisitos establecidos para su consideración como ‘pequeño agricultor’ a estos efectos.

Cabe recordar que la reglamentación en vigor, europea y española, en relación con la “exención agrícola” permite a los agricultores, para ciertas especies, el reempleo de granos de variedades protegidas para la siembra en la propia explotación.  Es decir, el agricultor puede guardarse grano de su propia cosecha y usarlo como material para la siembra. Esta exención del agricultor será lícita siempre que se efectúe a título individual, y que dicho material de siembra tenga un origen legal, es decir, provenga de una anterior compra de semilla certificada del propio agricultor. Dicho grano obtenido de la cosecha y destinado a la siembra, nunca podrá ser objeto de comercio, ni de intercambio entre agricultores.

 

 

Jorge Llorente: “La Junta impulsa el uso de semilla certificada con jornadas y el resultado de los ensayos”

Jorge Llorente es viceconsejero de Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León y director de Itacyl (Instituto Técnológico Agrario). Hasta septiembre, su último cometido había sido el de director general de Producción Agropecuaria e Infraestructura Rural. Llorente, licenciado en Veterinaria, ha ocupado también en la Junta diversas responsabilidades: director general de la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria de la Consejería de Sanidad, en la que también fue jefe de Servicio de Evaluación de Riesgos y Gestión de Alertas, jefe de Servicio de Sanidad Ambiental, jefe de Sección de Riesgos Biológicos, técnico del Servicio de Protección de la Salud y veterinario inspector de Sanidad y Consumo. Un buen conocedor en todos los ámbitos de lo que supone el empleo de semilla certificada.

-¿Qué aporta la semilla certificada al sector agrícola?

-En primer lugar pureza varietal; saber que la semilla que tenemos es toda de la variedad elegida, que no hay mezclas ni de otras variedades, ni de otras especies. Supone un alto nivel de germinación, por encima del 90%, mientras que otro tipo de semilla no certificada está por debajo del 80% de germinación.

Implica sanidad a la semilla, garantizando que está libre de enfermedades que se transmiten a partir de la semilla, así como evita la mezcla con semillas de malas hierbas. También, homogeneidad en los lotes, al comprar una semilla certificada se garantiza una homogeneidad en germinación, desarrollo de las plantas y en el rendimiento final, evitando nascencias irregulares y extendidas en el tiempo.

-¿Y respecto a la trazabilidad?

-Garantizan una trazabilidad del producto, conociendo su origen, las posibilidades productivas y su adaptabilidad a distintas condiciones edafoclimáticas. La garantía de trazabilidad es más importante si el uso del grano es para consumo humano (harinas, panadería, galletas, sémolas). La semilla certificada es la única que garantiza el origen, la sanidad vegetal y la ausencia de enfermedades.

Con su uso se garantiza la sostenibilidad de los programas de I+D para la mejora de las variedades, lo que va a permitir seguir mejorando en rendimientos, en resistencia a enfermedades, en adaptabilidad al cambio climático.

-¿Es más cara la semilla certificada?

-También se produce un ahorro de significativo de costes, tanto por la menor dosis de semilla empleada en la siembra, si es certificada, como los asociados al tiempo y a la logística necesaria para el acondicionamiento del grano.

-¿Cómo incide en la renta del agricultor?

-Aunque se pueda pagar una cantidad mayor por el uso de semilla certificada, su empleo garantiza un mayor rendimiento, basado en lo comentado anteriormente, garantiza una mayor nascencia, garantiza ausencia de enfermedades, garantiza una homogeneidad en el desarrollo, garantiza una adaptabilidad a la zona de producción, todo ello incide de una manera muy positiva a la rentabilidad de la explotación. Por un coste mayor de 4 a 5 euros por hectárea, se pueden conseguir rendimientos superiores a un 15-20%.

Los obtentores de semillas y los representantes de los agricultores han firmado recientemente un convenio sobre el reempleo de granos para siembra que según las organizaciones firmantes, “aportará transparencia y mayor calidad y rendimiento de los granos al sector de cereales y oleaginosas”.

-¿Qué opinión le merece la firma del convenio de acondicionamiento de grano?

-Buena. En primer lugar porque llegar a un acuerdo entre diferentes grupos y entidades siempre es positivo, además de contribuir a la mejora del conocimiento de los agricultores sobre las ventajas que aportan las nuevas variedades vegetales y la promoción del uso de semilla certificada.

Asimismo, el acuerdo va a fomentar la divulgación de la normativa vigente en relación al reempleo de grano para siembra y contribuirá a la normalización del mercado de semilla. De igual forma, este convenio facilitará a los agricultores la información necesaria para acogerse a la «excepción del agricultor», prevista en la normativa aplicable, en particular en lo que se refiere a los pequeños agricultores de cereal, de forma que se favorezca la trazabilidad de la semilla utilizada por los agricultores.

Al mismo tiempo, se promoverá la firma de contratos de colaboración con terceras entidades debidamente autorizadas, al objeto de facilitar el cumplimiento de sus obligaciones derivadas del reempleo de granos para siembra de variedades protegidas. Por otro lado, el convenio crea una comisión de seguimiento y mediación para su impulso y desarrollo en aquellos aspectos que requieran su concreción, lo cual constituye una garantía para su cumplimiento.

-¿Cuál es el compromiso de la Junta de Castilla y León con la semilla certificada?

-El compromiso de la Junta de Castilla y León con el uso de la semilla certificada se demuestra con la participación, junto  con Anove (Asociación Nacional de Obtentores Vegetales), en una jornada dirigida a agricultores en los años 2016 y 2017, para la promoción de la semilla certificada, que se celebra en Zamadueñas.

-¿El de Itacyl?

-El Itacyl, a través de su participación dentro de la Red Genvce (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos), contribuye a través de sus campos de ensayos y la publicación de resultados, a la difusión de las características de las nuevas variedades certificadas que aparecen en el mercado, contrastando su adaptabilidad a distintas áreas agroclimáticas de Castilla y León.

Asimismo, los distintos programas de mejora genética que se llevan a cabo en el Itacyl, han dado lugar a la obtención y registro de variedades. El uso de estas variedades a través de la semilla certificada, contribuye a la obtención de un canon que puede contribuir a financiar estos planes de mejora. Desde este punto de vista, el uso de semilla certificada de alguna manera nos favorece.

-¿Se generaliza el uso de la semilla certificada en Castilla y León? ¿Cómo lo impulsa la Administración regional?

-Cada año, el uso de semilla certificada en Castilla y León aumenta, aunque todavía estamos por debajo de la media nacional que está en torno al 27%, mientras que en Castilla y León está alrededor del 16% en esta última campaña, lo que ha supuesto un incremento de cinco puntos respecto a la campaña pasada que era de un 11%. La tendencia es al alza, aunque aún estamos lejos de comunidades como Andalucía que superan el 40% del uso de semilla certificada.

La Administración regional, lo impulsa a través de las jornadas antes mencionadas y con la divulgación de los resultados de los campos de ensayo del Itacyl, donde se remarca la importancia del uso de semilla certificada.

-¿Cómo afecta a la mejora en la calidad de las cosechas de la región el mayor empleo de semilla certificada?

-Los datos sobre la influencia de la semilla certificada en los rendimientos son claros el rendimiento medio de las diez variedades de trigo más sembradas en España. Se ha incrementado en las últimas catorce campañas a razón de 30 kilos por hectárea y año: 300 kilos de producción más por hectárea cada diez años.

Estos datos objetivos y científicos, contrastados por la red Genvce, son los que acreditan el trabajo de las casas de semillas en favor de la producción y la rentabilidad. No sólo se ven las mejoras en las estadísticas de rendimiento, sino que también pueden verse mejoras en lo referente a calidad, tanto en harinas, calidad de sémolas, rendimientos grasos y también mejoras respecto a resistencia a plagas y enfermedades y adaptabilidad a condiciones meteorológicas adversas.

-¿A qué aspectos se refiere?

-Trazabilidad, homogeneidad de los lotes, aumento del rendimiento, resistencia a plagas y enfermedades y mejora de la calidad.

En números un aumento del rendimiento de 30 kilos por hectárea anuales. Supone que en diez años tengamos variedades que producen 300 kilos por hectárea más, lo que supone un incremento de 54 euros por hectárea. Teniendo en cuenta que los costes de un cereal por hectárea están entre 400 y 480 euros, esos 54 euros suponen más del 10% de los costes, lo que permitiría pagar el coste de la semilla.

En calidad, donde para trigos de fuerza se exigen proteína por encima del 13% y W (fuerza) superior a 300, estas condiciones sin una semilla certificada son imposibles de conseguir.

Por otra parte, la industria exige lotes homogéneos, que solo los puede dar una semilla certificada. La semilla acondicionada o de otro tipo no puede garantizar homogeneidad, suele tener mezclas. Las semillas certificadas, con variedades para calidad harino panadera, garantizan que un aumento de dosis de abonado va a conseguir mayor rendimiento, mayor proteína y mayor W; aspecto este no garantizado con otro tipo de semilla.

La resistencia a plagas y enfermedades, especialmente variedades con resistencia a razas de roya amarilla, ahorran costes en tratamientos y aumentan el rendimiento. También, si vienen tratadas, previenen contra posibles ataques de plagas en los primeros estadios de la planta.

 

El canon asegura la investigación y desarrollo de mejores variedades vegetales

El convenio sobre acondicionamiento de granos para la siembra ratificado por Geslive, Asaja, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de España incidirá en mejorar la calidad de la semilla, aumentará el uso de semilla certificada e incrementará la investigación para obtener variedades adecuadas a las necesidades específicas de las diferentes regiones españolas. También contribuirá así el acuerdo a mejorar la sostenibilidad de cultivos y a mantener la competitividad de las explotaciones.

Firmado en julio, el convenio busca normalizar la relación entre quienes investigan para obtener nuevas y mejores variedades y aquellos que las emplean. Los representantes de los agricultores firmantes entienden la necesidad de pagar derechos de propiedad intelectual a las empresas obtentoras que investigan para desarrollar nuevas variedades y producir semilla certificada. Es precisamente la semilla certificada la única que garantiza la trazabilidad.

La innovación es cada día más necesaria para afrontar adversidades como la sequía de esta última campaña, las enfermedades vegetales, la mala nascencia o producciones que ponen en jaque la rentabilidad de la explotación. Por estos y otros motivos, es imprescindible contar con semillas que permitan una agricultura mejor y más competitiva.

El procedimiento para que el obtentor de semillas perciba los derechos de propiedad intelectual es ahora más sencillo y diáfano para el agricultor.La mitad del canon que el productor paga por la semilla se dedica a actividades de formación e información dirigidas a los agricultores y al impulso de la investigación a nivel local.

Esta protección de las variedades que la normativa establece tienen una vigencia de 20 años para los cereales. Una vez pasado ese tiempo, las variedades pierden la protección y pasan a ser de uso libre.

Tarifa única del canon para grano acondicionado para propia siembra: solo 1,2 céntimos el kilo

El conjunto del sector agrario trabaja al unísono y en el mismo sentido para que cada uno de los eslabones de la cadena obtenga la rentabilidad más justa. Para ello se tratan de mejorar las variedades vegetales una campaña tras otra. Y este mismo propósito es el que pretende el convenio de acondicionamiento de granos para la siembra firmado hace cuatro meses por Anove-Geslive, UPA, Asaja y Cooperativas Agro-alimentarias de España.

El obtentor de variedades y el agricultor comparten esfuerzos, y también deben recibir su recompensa cada uno de ellos.

En este sentido, y con el propósito de simplificar y facilitar el cumplimiento de la legalidad, se han fijado baremos unificados de remuneración por el uso de la exención agrícola que debe abonar el agricultor que reemplee grano para siembra de las variedades protegidas de las especies de cereales, leguminosas y proteaginosas.

La gestión a través del acondicionador supone 1,2 euros por quintal (12 euros por tonelada) de grano acondicionado para la siembra de cualquiera de estas variedades vegetales protegidas.

El productor que gestione el acondicionamiento de manera directa o mediante una organización agraria u otra entidad colaboradora con Geslive dispondrá de una modulación según los rendimientos medios de la comarca  según el Plan de Regionalización Productiva del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama). En este caso se establece la forma de pago en función de la superficie entre 1 y 3 euros por hectárea.

El agricultor tiene ahora un sistema mucho más fácil y económico de hacer la declaración, como se recoge en el convenio de acondicionamiento de granos para la siembra, donde también se especifica la tarifa unificada.

Para declarar el grano acondicionado, se puede hacer o bien en un acondicionador adherido o al hacer la PAC

El canon que el agricultor abona por el acondicionamiento de su grano para la siembra propia es determinante en la investigación varietal. La contribución que el productor  está obligado a hacer efectiva beneficia a todo el sector, incluido a él.

Es muy importante que la declaración y, por lo tanto, también el pago se realicen en el mismo momento de hacer el acondicionamiento de la semilla. El convenio para el acondicionamiento de granos para la siembra suscrito el pasado mes de julio por Geslive (sociedad filial de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales, Anove), las organizaciones agrarias Asaja y UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de España hace posible que este trámite sea más sencillo en un operador adherido.

Con parte de los ingresos se crea un Fondo de Investigación Local Cogestionado para desarrollar programas específicos de innovación varietal adaptada a las necesidades locales. También se impulsan diferentes acciones promocionales en favor de la utilización de semilla certificada.

Es factible realizar la gestión del pago directamente en un acondicionador adherido, o bien a través de una organización agraria o entidad con un contrato de colaboración con Geslive. Si el agricultor no ha limpiado su grano con un operador adherido (acondicionador que ha establecido un contrato con la sociedad filial de Anove), la mejor opción es declararlo al hacer la PAC. El nuevo convenio marco le simplifica mucho al productor cómo hacer esa declaración.

Una colaboración necesaria en el reempleo de granos para la siembra

Es muy importante que todo el sector agrario se una para cumplir un reglamento europeo que hasta ahora no estaba cumpliendo correctamente

El sector agrario debe trabajar unido. Todos los agentes (entre los que se hallan el agricultor, el obtentor de semillas, fabricantes de maquinaria, desarrolladores de fitosanitarios, asesores agronómicos, comercializadores y otros) siempre obtendrán mejores resultados de su trabajo si reman al unísono y en la misma dirección. También es necesario que asociaciones, entidades y administraciones colaboren en el esfuerzo.

Vital es la sintonía desde el origen. Entre el productor, con sus representantes, y quienes crean las nuevas variedades. Es muy importante que todos ellos se unan para cumplir un reglamento europeo que hasta el momento no se estaba cumpliendo correctamente. La falta de respeto con la normativa vigente incluso podría traer problemas legales a los agricultores. Con el abono de los cánones de la tarifa única  acordada en el convenio de acondicionamiento de granos para la siembra, por un mínimo coste es factible realizar la misma actividad pero dentro de lo que la ley permite.

Debido al interés común de Asaja, UPA, Cooperativas Agro-alimentarias y los obtentores en suministrar a los agricultores el material de reproducción de la más alta calidad y cumplir con la reglamentación en vigor nace el convenio de acondicionamiento de granos para la siembra, que ha sido además apoyado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

En la legislación se prevé la ‘exención agrícola’, que permite a los agricultores el reempleo de granos de variedades protegidas para la siembra en la propia explotación a cambio de una remuneración justa (‘contribución por reempleo’).

Se entiende necesario un esfuerzo colectivo para mejorar el conocimiento por parte de los agricultores de las ventajas que aportan las nuevas variedades vegetales, así como la promoción del uso de semilla certificada. La puesta en mercado de una variedad supone doce años de trabajo y una inversión de entre 1 y 1,5 millones de euros. Resulta fundamental mantener estos programas de mejora para que los agricultores dispongan de las variedades necesarias y adaptadas a su zona.

Esa nueva variedad debe aportar mejoras sustanciales y puede ser admitida en el Registro de Variedades Comerciales tras los ensayos oficiales de la Oficina Española de Variedades Vegetales del Mapama. Además, son testadas por la red Genvce (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España).

Por ello, en el convenio se establece un marco estable de colaboración indefinida que regula, con carácter voluntario para los interesados, un procedimiento de gestión de la información que deben facilitar los agricultores que reempleen granos y que pueden acogerse a la ‘exención agrícola’ que recoge la normativa.

El convenio de acondicionamiento de granos, un gran avance para la producción

El acuerdo de acondicionamiento de granos para la siembra -suscrito en el pasado mes de julio por Asaja, UPA, Cooperativas Agro-alimentarias y Anove-Geslive- es un gran paso para mejorar la sostenibilidad de la producción de cereal en España. Este crucial avance es posible a través de la puesta a disposición de los agricultores de las mejores variedades: más productivas, más resistentes y mejor adaptadas a las circunstancias de las distintas zonas de la agricultura española.

Estas organizaciones asumen en el convenio colaborar activamente en la ejecución de un ambicioso plan anual, que se financiará con parte de los fondos recaudados. La cantidad económica se distribuirá en diversos fondos con objetivos diversos; siempre en favor de la mejora de las variedades y, por consiguiente, en beneficio de la rentabilidad del agricultor.

Así, el objetivo del Fondo de Investigación Local Cogestionado  es la puesta en marcha de programas específicos destinados a la innovación varietal adaptada a las necesidades de la agricultura nacional.

Por su parte, el Fondo para promover el uso de la semilla certificada se invertirá en acciones en favor de su empleo, en línea con la campaña desarrollada bajo el lema ‘Semilla Certificada: Recoges lo que Siembras’.